Lápices Moteros 2.0
2022
Este año 2022 volvíamos a
ponernos en marcha con el Proyecto LAPICES MOTEROS después de la parada mundial
por el COVID 19....
Dicen que, si vas a Marruecos alguna vez en la vida, dejará una huella imborrable en tu alma, es lo que les ha ocurrido a este grupo de damas y caballeros que a lomos de sus motos se han lanzado una vez más a la aventura del país magrebí.
Mitad placer, mitad objetivo humanitario, planearon esta vez un viaje que, por diversas circunstancias, que todos conocemos, ha sido aplazado más de lo que hubieran deseado.
Diez días, 3.800 km de recorrido y 17 locos de la carretera para cumplir un objetivo, llevar hasta el desierto de Merzouga una furgoneta llena de zapatos y material escolar para esos niños que viven en mitad de la nada, en mitad del desierto, dónde el silencio ocupa tanto espacio.
El itinerario comenzaba en Talavera de la Reina hasta Algeciras, Tánger, Tetuán, Chefchaouen, Fes, Merzouga, gargantas del Todra, Gargantas del Dades, Ksar de Ait Ben Hadu, Marrakech, Larache, Asilah, Tanger, Algeciras y de vuelta a Talavera.
Talavera – Algeciras
El amanecer marca el inicio de la
primera singladura, salida desde Talavera de la Reina, desayuno y revisión de
documentación y equipaje, despedida con los medios de documentación que
inmortalizan el momento. Nervios en el estómago y comienza la aventura.
Llegamos a Sevilla para comer y
reponer fuerzas; reanudamos la marcha dirección Cádiz hasta Tarifa, antes de
llegar a Algeciras una parada en el mirador del estrecho, ya podemos ver el
perfil de África, otro continente, otra cultura, otro mundo ahí al lado, tan
cerca. A descansar en la antigua ciudad de Al-Yazira al-Jadra ( ALGECIRAS )
Algeciras - Chefchaouen
Embarcamos en el Ferry que nos
conduce a la aventura africana. Aseguramos las motos en la bodega y nos
dirigimos a cubierta, allí somos recibidos por los anfitriones del mar, los
delfines, que nos acompañan en el recorrido como dándonos la bienvenida hasta
la costa marroquí.
El mar nos empapa la ropa y nos impregna con el aroma de la cercana tierra deseada.
Hemos llegado a Tánger, ya es una
realidad que estamos en otro mundo, nuevo dinero, nuevo número de teléfono…
oficialmente hemos empezado la aventura en Afrikia.
Lo extraño del idioma sonoro,
miramos las caras desconocidas, la comida llena de colores, la luz, los
olores….
Emprendemos camino a Tetuán, allí visitamos la ajetreada medina y su gran actividad comercial, allí se mezclan la cultura marroquí y la española a la perfección.
Comemos en un restaurante de la Medina, pinchos morunos, tajines y otras exquisiteces gastronómicas como el té que iba a ser bebida habitual durante todo el viaje. Reanudamos la marcha por una carretera en obras que se presenta peligrosa por la falta de señalización y su peculiar manera de conducir.
Viajar por Marruecos significa
atravesar multitud de pequeños pueblos y asentamientos que utilizan la
carretera como medio habitual de paso de animales y personas, con el riesgo que
supone.
El trayecto se hace más largo de
lo esperado y llegamos a Chefchaouen casi rozando la noche. La imagen es
impresionante, pasamos del color terrizo de Tetuán a los índigos del atardecer
impregnados en las fachadas de las casitas del pueblo azul, observamos su
silencio y las calles cuidadas, aparece luminoso y azul.
Chefchaouen-Fez
En Marruecos amanece
sensiblemente más temprano que en España y la llamada del Iman a la oración
marca el inicio de la jornada, nosotros también madrugábamos para aprovechar al
máximo la luz natural.
Próximo destino Fez, el trayecto
de este día nos acerca mucho más a nuestro objetivo, el desierto.
Marruecos tiene una de las culturas más ricas y variadas del mundo incluyendo la ciudad de Volubilis de origen Cartaginés que estuvo asentado allí desde el siglo III AC y paso posterior mente en dominaciones Romanas, Árabes hasta el siglo XVII
A primera hora de la tarde
llegada a Fez, visitamos la medina y la zona de los curtidores que es la más
antigua de Marruecos. Entre el entramado de edificaciones se encuentra la
tenería de Dar Dbagh Al-Chauara, la más importante. Mezcla de olor a
podredumbre y químicos impregnan el ambiente por las cubetas de piedra que
contienen pieles en diferentes procesos de curación.
Fez-Merzouga
Marruecos es un país de
sensaciones intensas, sus vivos colores, sus olores intensos, ritmos que te
aceleran el corazón y sabores vibrantes lo inundan todo, una experiencia de 5
sentidos.
Nos ponemos rumbo a Merzouga,
atravesando esta vez un bosque de cedros, nos sentíamos observados por los
miles de monos que lo habitan. La carretera es cada vez más tortuosa, el polvo
se mastica y poco a poco va dominando el color terroso de la región desértica a
la que pertenece Merzouga. En esta ocasión hacemos el viaje más largo del
recorrido y llegamos al hotel Nomad Palace al final de la tarde dónde nos da la
bienvenida el guía que nos acompaña desde hace 7 años, Nos reciben con dulces típicos de la zona y un
caluroso abrazo . ¡Cuánto tiempo amigo Driss!
Alojados en Jaimas en medio del
desierto, extenuados por fin podemos disfrutar de un magnifico baño en la
piscina, que iluminan a nuestro gusto. Como siempre cena de platos
tradicionales y ritmos exóticos. Los músicos en esa región tocan extraños
instrumentos que simulan el ruido que hacían sus antepasados con las cadenas.
Nos retiramos a dormir con la
impaciencia de un niño.
Merzouga
De camino al asentamiento nómada,
nuestro guía Driss, nos enseñó cómo es la vida en el desierto. Cómo se vive en
un lugar que a nuestros ojos parece inhóspito y falto de recursos.
En el recorrido visitamos un
cementerio nómada y una de las cuantiosas minas de cuarzo que abundan en esta
zona del país.
Tras esta pequeña introducción al
mundo beréber, nos fuimos directamente al campamento.
Allí los lugareños son gentiles y
acogedores, te ofrecen su casa, su desierto y todo lo que tienen.
Llegan las primeras familias con
niños con una sonrisa de oreja a oreja al ver que les llevamos cosas que para
ellos son novedosas e inusuales. Zapatos, libros, chuches. Visitamos la escuela,
para un pueblo que frecuentemente cambia de lugar, se hace difícil mantenerla
bien acondicionada tal y cómo nosotros lo entendemos.
Un simple caramelo les parece
algo tan extraordinario….
El desierto es extraño y voluble,
así como todo lo que habita en él, sus habitantes viven en haimas que son casas
versátiles y cambiantes como su orografía.
Allí querían correspondernos con té, con sus costumbres y su estilo de vida. La felicidad que irradian es contagiosa, no sabe de países ni de civilizaciones. El Nómada vive ligero de equipaje, con pocas cosas. Para ellos lo más importante son sus familias y su ganado, como medio de vida lo que nos hace plantearnos dónde está realmente el secreto de la felicidad y si son realmente necesarias muchas de las cosas que nosotros vemos como imprescindibles.
Hemos traído una furgoneta llena
de material, cosas que pensamos que necesitan y de vuelta nos traemos las
lecciones de vida que el desierto nos regala.
Del campamento salimos en
caravana con los jeeps a través de las arenas del desierto. Más que conducir
parecía que íbamos navegando sobre las enormes dunas del Erg Chebbi, una de las
zonas desérticas más extensas, los colores del paisaje iban cambiando según avanzábamos.
El espectáculo visual es único e inolvidable.
La misión estaba completada,
vuelta al hotel, al silencio del desierto que es tan poderoso y grandioso como
la misma arena. Te sientes diferente y con la sensación de que te quedan cosas
por hacer y la idea de volver algún día… pronto.
Merzouga – Todra - Dades
El cambio se hace notar, dejamos
atrás una zona húmeda y llena de pinares para pasar de nuevo al ocre que todo
lo tiñe… Nuestro siguiente destino es Tinerhir, ciudad rica por las minas de
plata aledañas, no vimos nada especial cuando llegamos, ningún edificio
emblemático, ni de arquitectura interesante, simplemente una ciudad de líneas
rectas sin más gracia.
La sorpresa llega cuando por una
sinuosa carretera avistamos de repente un inmenso palmeral, un vergel que se
alimenta del rio Todrá y que luce tan espectacular como el paisaje de las
gargantas a las que el mismo rio da nombre e íbamos a visitar. Es frecuente
encontrarse con aldeanos que ofrecen dátiles y fósiles a los turistas que
eligen esta ruta. Las gargantas te envuelven
con sus grandes paredes verticales, que te hacen parecer pequeño,
insignificante.
Una tormenta nos acompaña en
nuestro destino al Dades donde descansamos de tan largo dia.
Dades - Marrakech
Madrugamos y ascendemos una de
las carreteras más peligrosas del mundo, el desfiladero del Dades, con sus
dedos de mono y su serpenteante recorrido es uno de los trayectos más espectaculares
de Marruecos.
Continuamos rumbo y avanzamos al Ksar
de Ait Ben Hadu, impresionante ciudad fortificada, escenario de cientos de películas
( Gladiator, Reino de los Cielos, Juego de Tronos… ) mantiene intacta su
estructura, visita imprescindible… continuamos dirección Telouet, el puerto de Tizi
n'Tichka y continuamos dirección Marraketch, llegamos exhaustos y agotados a
primera hora de la noche…..
Marrakech
Día de descanso en una de las
cuatro ciudades imperiales de Marruecos, impresiónate su bullicio, su actividad
frenética, sus ir y venir de gentes…. Sus grandes palacios y sus impresionantes
monumentos. Es imprescindible sumergiese en el gentío de de la Plaza Yemaa el
Fna a última hora de la tarde, y disfrutar de la noche con sus infinitos
puestos de comida, zumos, ropa…. Vendedores…. un caos enfermizo y embriagador.
Marrakech – Asilah
Empieza el retorno, como todos los días madrugamos y tomamos dirección norte, rumbo a Asilah, el paisaje es monótono, con grandes plantaciones a lo largo de la carretera, a última hora de la mañana llegamos a Larache, antigua ciudad perteneció al Protectorado español de Marruecos hasta 1956 y eso se aprecia en su arquitectura y sus edificios. Nos habían recomendado comer en el puerto y así lo hicimos, un buen pescado fresco para los fatigados viajeros….
Continuamos viaje a la Antigua ciudad de Asilah, fortificada por los
Portugueses en el siglo XIII conserva una de las medinas con más encanto de la
costa marroquí. Disfrutamos de sus callejuelas, sus callejones y sus vistas al atlántico,
nuestros pensamientos empiezan a asimilar el viaje realizado y la experiencia
con los nómadas, la gente del desierto, esos grandes desconocidos y que tienen
tanto que enseñar a este hombre occidental, siempre con prisas, siempre sin
tiempo para lo más importantes, la familia, la amistad, la convivencia…. a la mañana siguiente el viaje termina y todos
lo sentimos, algo se nos ha quedado en el trayecto……
A. V.